¿Será que estamos condenados a sospechar de las Mentiras Piadosas?
La fatídica violencia en Colombia no está con nosotros desde hace 52 años; o medio siglo, como dice y hace eco la información mediática que hace juego al pregón oficial. Con la muerte de Jorge E. Gaitán(1903), asesinado una tarde bogotana de 1948, es la cúspide de una serie de acontecimientos sectarios y sangrientos ocurridos, desde hacía varios años en pueblos y provincias; entonces, debemos darle unos 60 años mínimos a la incontenible sed de sangre y venganza que recorría calles, trochas y entre las comunidades, para acercarnos a la verdad. El insigne historiador y periodista, Abelardo Forero Benavides, nos recuerda algunos episodios en el Bogotá de esas fechas siniestras
"...Grupos humanos indiscernibles, fragmentariamente iluminados por la llama, se forman y se deshacen en las calles dominadas por la anarquía. Los policías se han despojado de sus uniformes y muchos de ellos toman parte en el alzamiento. Abrumadas por cargas luminosas, pasan goyescas figuras. En las bocacalles, las llamas del incendio de la carrera séptima, tratan de voltear las esquinas y lamen los muros. Alguno de los transeúntes van armados con machetes y picas. En medio de la avenida se hallan abandonados los tranvías.
...Millares de gentes paupérrimas se dedican a saquear sin discriminación las tiendas y los almacenes. No lo hacen con método, ni movidos por un criminal impulso de robo. Les parece que están asistiendo a un cataclismo, convertido en animada fiesta. Han pasado del dolor a la alucinación. Han pasado del dolor a la alucinación. . . Recuerdan de repente con dolor, que ha muerto Jorge Eliécer Gaitán. Y comienzan a sollozar en los zaguanes."
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