Contundentes palabras del Papa

Muestra de que el Papa Francisco I no ocupa su ministerio sólo para la liturgia aislada de las necesidades y urgencias que aquejan a toda la cristiandad, en una muestra demoledora, contundente e inapelable de que es alguien en permanente vigilancia de que en el mundo haya justicia, equidad y 
transparencia en el manejo de los erarios gubernamentales para que pueda alcanzar la riqueza que hay en el mundo para Tod@s.
He aquí seis mensajes incisivos y cortantes que haría muy bien para los que en la actualidad manejan las riendas del poder, aspiran a ello o se recuestan el poder para alcanzar impunidad y bienes ilícitos.
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   **El corrupto no puede aceptar la crítica, descalifica a quien la hace, busca disminuir cualquiera autoridad moral que pueda cuestionarlo, incluso ataca con insultos a todo el que piense diferente y, si  puede, lo persigue.
    *** Este flagelo se ha vuelto natural, al punto de llegar a constituir un estado personal y social ligado en la costumbre; una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en las contrataciones públicas, en cada negociación que implica a agentes del Estado. Es la victoria de la apariencia sobre la realidad y de la desfachatez impúdica sobre la discreción honorable.

La corrupción es un mal más grande que el pecado, y es un proceso de muerte que se ha vuelto habitual en la sociedad; que exige no ser perdonado, sino curado.

El corrupto se cree un vencedor. En un ambiente de triunfalismo, esta persona se pavonea para menospreciar a los otros. No conoce la hermandad o la amistad, sino la complicidad y la enemistad.

En un corazón corrupto es difícil abrir una brecha de cordura y reflexión prospectiva, pues esta persona vive del oportunismo e incluso llega a interiorizar una máscara de hombre honesto.

La escandalosa concentración de la riqueza global es posible a causa de la complicidad de los responsables de la cosa pública con los poderes más fuertes y tenebrosos del mundo.

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